Nací en Galway, República de Irlanda en 1977, aunque poco duraría allí. Mis padres, Sheridan Gallagher, un irlandés adicto al alcohol y a las pastillas y mi madre Lieke Brower, una activista holandesa consumidora de cannabis. Sheridan era ingeniero en fábricas de combustibles, mientras que Lieke alternaba sus horas de camarera con su trabajo de activista. Se conocieron en 1969 en el Festival de Woodstock cuando la mágica guitarra de Jimmy Hendrix entonaba Foxy Lady.
A los 8 años de aquel psicodélico día nací yo, Gelo, un chico tímido y alegre. En Galway pasé los primeros 5 años de mi vida hasta que nos mudamos a Amsterdam por motivos laborales. Con 10 años ya sufría las palizas de mi padre cuando llegaba ebrio a casa y hasta el culo de pastillas. Sheridan aprovechaba la ausencia de Leike para poder propinarme lo que él creía que me merecía. Tras 10 años en la ciudad de los tulipanes nos trasladamos a Grapeseed, un pueblecito al norte de San Andreas. A mi padre le destinaron allí para trabajar en Ron Oil Company, una empresa petrolera.
Allí conocí a la Banda de los Hermanos O´Neill, gente con la que empecé a cometer mis primeros delitos. Robos a licorerías, palizas a chicos del pueblo y menudeo de cannabis se convirtió en algo habitual. Pasaron los años y tras continuos abusos, golpes por parte de mi padre y el sentido que estaba tomando mi vida, Leike tomó la decisión de divorciarse y trasladarnos a un pueblo cercano en la costa; Paleto Bay.
Al poco de llegar empecé a trabajar en Ray´s Electronics, una tienda de repuestos de electrónica, ordenadores y venta de discos de música. El dueño, Ray era un viejo rockero, a punto de jubilarse y apasionado por las motos custom. Me enseñó a reparar dispositivos e incluso a iniciarme en el mundo oscuro de la informática, el hacking. Con el aprendí una nueva forma de delinquir sin dejar rastro. Él me transmitió mientras trabajaba una filosofía de vida basada en la hermandad, el respeto y el gusto por las motos.
Al poco de jubilarse Ray, conocí la enfermedad que padecía mi madre y al quedarme sin trabajo volví a las andadas. Con la ayuda de tres amigos de la infancia, George, Patrick y Gilbert comenzamos a robar furgonetas de Pop´s Pills, una empresa farmacéutica, que disponía del medicamento que necesitaba mi madre para su terapia y que me servía tanto para medicar a mi madre como para sacarme un buen dinero vendiendo todos aquellos medicamentos. Gracias a lo que aprendí con Ray pude ver en tiempo real donde se encontraban las furgonetas para robarlas cómodamente. La venta de anabolizantes, esteroides, pastillas para la disfunción eréctil, hormonas y opiáceos era todo un éxito. Los beneficios eran constantes y el sexo, fiestas, cervezas, whisky, motos, rutas por el Condado de Blaine y Rock & Roll eran una rutina diaria.
Tras una noche llena de excesos, volviendo a casa pude ver unas patrullas de policía y una ambulancia a la puerta de mi casa. Al entrar no podía creer lo que estaba viendo, mi madre tumbada en el suelo, con la cara totalmente desconfigurada yacía en el salón junto a mi padre con las manos ensangrentadas, llorando y pidiendo perdón. Ese acontecimiento me cambió para siempre.
Cuatro años gloriosos tocaban a su fin con la confesión de mi padre sobre mis turbios negocios. La envidia le cegó y tras arrebatarme a mi madre también me arrebató la libertad. Una redada en casa acabaría con la opulencia y los excesos. La detención acabó con la desarticulación de la banda y conmigo entre rejas durante unos años por causas tales como extorsión, robo, tráfico de medicamentos, delitos contra la sanidad pública y tenencia ilícita de armas. Antes de entrar en prisión pude conectarme a la base de datos de la policía de Los Santos e intenté borrar los registros tanto de mis amigos como los míos a través del ordenador pero no pude eliminar todo.
Mi paso por la cárcel fue inevitable, eso me hizo más fuerte y más sanguinario. La ley del más fuerte era la orden del día por lo que me junté con grandes delincuentes que me ayudarían a estar más protegido dentro de aquel recinto.
Tras mi salida de la Penitenciaria de Los Santos, me encargué de asesinar a mi padre por chivato, por toda la mala vida que me había causado y sobre todo por matar a mi madre. Gracias a una pequeña lancha que tenía Patrick pudimos llevar el cuerpo descuartizado a alta mar. Le puse un cinturón de plomos a cada parte y lo lancé por la cubierta. Nunca más se supo del cuerpo de aquel hombre irlandés borracho y desquiciado, seguramente los peces de la zona terminarían de comérselo, por lo que la policía nunca obtuvo pruebas suficientes para inculparme.
En enero de 2014 Paleto Bay se disponía a acoger una reunión de motoristas, no dudé ni un segundo en presentarme allí con mi Western Bagger pues sabía que el espectáculo estaba asegurado. Tras la borrachera pronto llegaron los destrozos, el vandalismo y el desmadre generalizado entre los motoristas allí presentes. Ese día fui detenido, pero a partir de ahí nunca volvería a estar solo. En esos calabozos mugrientos encontré una nueva forma de vida, conocí a un grupo de moteros que habían formado una banda; los Sons Of Anarchy Spain MC.
Tras aceptarme y pasar el periodo de prospect pasaron a formar parte de mi familia. Los años pasaban llenos de juergas, muertes, consumo de drogas y yo ascendía con rapidez y pasó firme hasta convertirme en Vice-Presidente. Siendo Vice-Presidente vi muchas injusticias que se cometían en el Club, lo que a la larga acabaría con mi puesto.
En uno de mis viajes a Liberty City, me reuní con Rory un viejo amigo de la infancia para tomar una pintas y coger ideas para el Club. Me llevó a una taberna para conocer a un amigo suyo, un tipo que celebrara su salida del correccional llamado Alexander, hoy en día un hermano para mí. Le ofrecí venirse conmigo a Los Santos para enrolarse en los Sons Of Anarchy MC, él no se lo pensó ni un segundo y acepto la proposición. En los Sons of Anarchy MC también conocí a personas que hoy ruedan a mi lado y que forman parte de mi familia como Invictvs, Insu, R-Incre, Tito Jorge y Pablo.
Los desencuentros con la mesa en Sons of Anarchy MC cada vez eran más constantes y algunas decisiones que se llevaron a cabo hicieron que abandonará un Club por el que tanto había luchado y en el que creía que tenía amigos.
Durante un tiempo fui un lobo solitario como muchos de mis amigos, recorrí San Andreas buscando una nueva vida, una nueva inspiración que me hiciera sentir de nuevo esa filosofía que tanto amaba. La ruta 68 era mi vida y mi vieja Bagger mi mujer. Fue un bonito tiempo para reflexionar y dedicarme horas para mí.
Sin embargo una tarde de Septiembre ya en el 2016 coincidí en el Yellow Jack Inn con aquellos que fueron mi familia. Alexander, Pablo, R-Incre y Tito Jorge me propusieron volver a rodar junto a ellos bajo unos nuevos colores en mi espalda, el parche de Lost Tribe MC.
Aquí he conocido a grandes hermanos que se dejan la piel por los demás, a gente que lucha codo con codo por el mismo fin, la ayuda y todo lo que necesites nunca te faltará a su lado.
La continuación de la historia podéis imaginar como sigue, la delincuencia, los asesinatos, el tráfico de armas, drogas, robo y exportación de vehículos de lujo es el pan nuestro de cada día. A partir de este momento jamás volveré a rodar solo por las carreteras de Los Santos, ahora formo parte de una familia que si se basa y busca el respeto, la hermandad, las buenas fiestas y el gusto por las custom.
Fear the Lost Tribe MC
A los 8 años de aquel psicodélico día nací yo, Gelo, un chico tímido y alegre. En Galway pasé los primeros 5 años de mi vida hasta que nos mudamos a Amsterdam por motivos laborales. Con 10 años ya sufría las palizas de mi padre cuando llegaba ebrio a casa y hasta el culo de pastillas. Sheridan aprovechaba la ausencia de Leike para poder propinarme lo que él creía que me merecía. Tras 10 años en la ciudad de los tulipanes nos trasladamos a Grapeseed, un pueblecito al norte de San Andreas. A mi padre le destinaron allí para trabajar en Ron Oil Company, una empresa petrolera.
Allí conocí a la Banda de los Hermanos O´Neill, gente con la que empecé a cometer mis primeros delitos. Robos a licorerías, palizas a chicos del pueblo y menudeo de cannabis se convirtió en algo habitual. Pasaron los años y tras continuos abusos, golpes por parte de mi padre y el sentido que estaba tomando mi vida, Leike tomó la decisión de divorciarse y trasladarnos a un pueblo cercano en la costa; Paleto Bay.
Al poco de llegar empecé a trabajar en Ray´s Electronics, una tienda de repuestos de electrónica, ordenadores y venta de discos de música. El dueño, Ray era un viejo rockero, a punto de jubilarse y apasionado por las motos custom. Me enseñó a reparar dispositivos e incluso a iniciarme en el mundo oscuro de la informática, el hacking. Con el aprendí una nueva forma de delinquir sin dejar rastro. Él me transmitió mientras trabajaba una filosofía de vida basada en la hermandad, el respeto y el gusto por las motos.
Al poco de jubilarse Ray, conocí la enfermedad que padecía mi madre y al quedarme sin trabajo volví a las andadas. Con la ayuda de tres amigos de la infancia, George, Patrick y Gilbert comenzamos a robar furgonetas de Pop´s Pills, una empresa farmacéutica, que disponía del medicamento que necesitaba mi madre para su terapia y que me servía tanto para medicar a mi madre como para sacarme un buen dinero vendiendo todos aquellos medicamentos. Gracias a lo que aprendí con Ray pude ver en tiempo real donde se encontraban las furgonetas para robarlas cómodamente. La venta de anabolizantes, esteroides, pastillas para la disfunción eréctil, hormonas y opiáceos era todo un éxito. Los beneficios eran constantes y el sexo, fiestas, cervezas, whisky, motos, rutas por el Condado de Blaine y Rock & Roll eran una rutina diaria.
Tras una noche llena de excesos, volviendo a casa pude ver unas patrullas de policía y una ambulancia a la puerta de mi casa. Al entrar no podía creer lo que estaba viendo, mi madre tumbada en el suelo, con la cara totalmente desconfigurada yacía en el salón junto a mi padre con las manos ensangrentadas, llorando y pidiendo perdón. Ese acontecimiento me cambió para siempre.
Cuatro años gloriosos tocaban a su fin con la confesión de mi padre sobre mis turbios negocios. La envidia le cegó y tras arrebatarme a mi madre también me arrebató la libertad. Una redada en casa acabaría con la opulencia y los excesos. La detención acabó con la desarticulación de la banda y conmigo entre rejas durante unos años por causas tales como extorsión, robo, tráfico de medicamentos, delitos contra la sanidad pública y tenencia ilícita de armas. Antes de entrar en prisión pude conectarme a la base de datos de la policía de Los Santos e intenté borrar los registros tanto de mis amigos como los míos a través del ordenador pero no pude eliminar todo.
Mi paso por la cárcel fue inevitable, eso me hizo más fuerte y más sanguinario. La ley del más fuerte era la orden del día por lo que me junté con grandes delincuentes que me ayudarían a estar más protegido dentro de aquel recinto.
Tras mi salida de la Penitenciaria de Los Santos, me encargué de asesinar a mi padre por chivato, por toda la mala vida que me había causado y sobre todo por matar a mi madre. Gracias a una pequeña lancha que tenía Patrick pudimos llevar el cuerpo descuartizado a alta mar. Le puse un cinturón de plomos a cada parte y lo lancé por la cubierta. Nunca más se supo del cuerpo de aquel hombre irlandés borracho y desquiciado, seguramente los peces de la zona terminarían de comérselo, por lo que la policía nunca obtuvo pruebas suficientes para inculparme.
En enero de 2014 Paleto Bay se disponía a acoger una reunión de motoristas, no dudé ni un segundo en presentarme allí con mi Western Bagger pues sabía que el espectáculo estaba asegurado. Tras la borrachera pronto llegaron los destrozos, el vandalismo y el desmadre generalizado entre los motoristas allí presentes. Ese día fui detenido, pero a partir de ahí nunca volvería a estar solo. En esos calabozos mugrientos encontré una nueva forma de vida, conocí a un grupo de moteros que habían formado una banda; los Sons Of Anarchy Spain MC.
Tras aceptarme y pasar el periodo de prospect pasaron a formar parte de mi familia. Los años pasaban llenos de juergas, muertes, consumo de drogas y yo ascendía con rapidez y pasó firme hasta convertirme en Vice-Presidente. Siendo Vice-Presidente vi muchas injusticias que se cometían en el Club, lo que a la larga acabaría con mi puesto.
En uno de mis viajes a Liberty City, me reuní con Rory un viejo amigo de la infancia para tomar una pintas y coger ideas para el Club. Me llevó a una taberna para conocer a un amigo suyo, un tipo que celebrara su salida del correccional llamado Alexander, hoy en día un hermano para mí. Le ofrecí venirse conmigo a Los Santos para enrolarse en los Sons Of Anarchy MC, él no se lo pensó ni un segundo y acepto la proposición. En los Sons of Anarchy MC también conocí a personas que hoy ruedan a mi lado y que forman parte de mi familia como Invictvs, Insu, R-Incre, Tito Jorge y Pablo.
Los desencuentros con la mesa en Sons of Anarchy MC cada vez eran más constantes y algunas decisiones que se llevaron a cabo hicieron que abandonará un Club por el que tanto había luchado y en el que creía que tenía amigos.
Durante un tiempo fui un lobo solitario como muchos de mis amigos, recorrí San Andreas buscando una nueva vida, una nueva inspiración que me hiciera sentir de nuevo esa filosofía que tanto amaba. La ruta 68 era mi vida y mi vieja Bagger mi mujer. Fue un bonito tiempo para reflexionar y dedicarme horas para mí.
Sin embargo una tarde de Septiembre ya en el 2016 coincidí en el Yellow Jack Inn con aquellos que fueron mi familia. Alexander, Pablo, R-Incre y Tito Jorge me propusieron volver a rodar junto a ellos bajo unos nuevos colores en mi espalda, el parche de Lost Tribe MC.
Aquí he conocido a grandes hermanos que se dejan la piel por los demás, a gente que lucha codo con codo por el mismo fin, la ayuda y todo lo que necesites nunca te faltará a su lado.
La continuación de la historia podéis imaginar como sigue, la delincuencia, los asesinatos, el tráfico de armas, drogas, robo y exportación de vehículos de lujo es el pan nuestro de cada día. A partir de este momento jamás volveré a rodar solo por las carreteras de Los Santos, ahora formo parte de una familia que si se basa y busca el respeto, la hermandad, las buenas fiestas y el gusto por las custom.
Fear the Lost Tribe MC